miércoles, 29 de octubre de 2014

Introducción
                En Chile, el año 2012 se derramaron cerca de 62.595 toneladas de petróleo (RECT, 2013) cifra considerablemente mayor a las 18.000 toneladas derramadas en el periodo entre los años 2005 y 2009 (RECT, 2010). El año 2014 solo en el derrame ocurrido en las costas de quintero se derramaron cerca de 20.000 toneladas del crudo. Este crecimiento en la cantidad de hidrocarburos derramados está estrechamente relacionado con el crecimiento que ha tenido la industria y la mayor demanda de combustibles que ha significado. Los derrames de petróleo en el suelo y aguas de Chile son tan peligrosos, porque alteran de forma inmediata el ecosistema, matando a  los nutrientes necesarios para la vida, impidiendo que el sol llegue de manera apropiada a los seres vivos e incluso impidiendo la correcta trasmisión de oxigeno entre el aire y el suelo o agua, lo que en el corto plazo puede amenazar la subsistencia de una especie y en el largo plazo si no es recuperado puede terminar con la destrucción total de algún ecosistema.

                Nuestro país es potencialmente riesgoso a este tipo de contaminación debido a que la industria minera, mayor actividad económica del país, es altamente demandante de petróleo. El mayor riesgo de contaminación se produce en las zonas denominadas de transferencia (puerto y estaciones de abastecimiento) y en el transporte del petróleo (camiones, barcos y oleoductos) (Armada de Chile, 2006). Actualmente en el plan para combatir la contaminación acuática por hidrocarburos contempla solamente la utilización de dispersantes, incineración, utilización de bombas y  remoción y acopio de material contaminado (Armada de Chile, 2006), todas técnicas que son paliativas pero no consideran una recuperación real de agua contaminada. Chile como un país en vías de desarrollo, no debe conformarse con tener un plan de contingencia que detenga la contaminación sino que debe tener leyes que promuevan la recuperación total de la zona contaminada.

                La biorremediación es una técnica que sirve para recuperar zonas contaminadas con hidrocarburos. Esta técnica utiliza seres vivos, que a través del proceso de oxidación del contaminante lo transforman en un material inocuo para el medio ambiente y que puede ser utilizado como alimento para distintas especies de algas u hongos.  La remediación con la utilización de seres vivos ha sido altamente exitosa en otros países e incluso en Chile, es reconocida por ser amigable con el medio ambiente y más económica que otras técnicas físicas y químicas. Durante el presente informe, revisaremos las principales técnicas de biorremediación (composteo, tecnologías de reactores, fitorremediación y microalgas)  y veremos cuáles son sus posibles utilizaciones, costos, pro  y contras para tener una mirada objetiva y generar conciencia sobre cuáles son las herramientas con las que se cuenta a la hora de afrontar catástrofes ambientales y de esta forma evitar la destrucción de ecosistemas y daños permanentes a la flora y fauna del país. Realizar las distintas actividades industriales de la manera más ecológica posible a través de la incorporación de  esta técnica a los planes de contingencia y a la ley chilena de medioambiente.

Bibliografía
[1] RECT. Reporte 2005-2009 [en línea]. Registro de Emisiones y Transferencia de Contaminantes (RECT). Chile, 189 p. 2010. Disponible en: http://www.mma.gob.cl/retc/1279/articles-41232_recurso_2.pdf
[2] RECT. Reporte simple 2012 [en línea]. Registro de Emisiones y Transferencia de Contaminante (RECT). Chile, 1p. 2013. Disponible en: http://retc.mma.gob.cl/produccion2/paginas/reporte_simple.php
[3] Armada de Chile. Plan nacional de contingencia para combatir la contaminación acuática por hidrocarburos. Armada de Chile, Dirección general del territorio marítimo y marina mercante. Chile, 133 p. 2006. Disponible en: https://www.directemar.cl/images/stories/Descargas_SPMAA/plan_nacional_2006.pdf